De Kimi Ni Todoke para Lili Martinez.
En el Parque de diversiones
Era un sábado en la noche y ya estaba oscuro. Sawako, Ayane y Chizu se encontraban en un Parque de diversiones que habían instalado en la ciudad. Las luces e los juegos alumbraban todo el lugar, los gritos de los niños emocionados se escuchaban por todas partes, al igual que el olor a cabritas.
Las tres esperaban en una fila para subirse a una de las atracciones del lugar.
-¡Falta mucho!-Gritó Chizu apoyándose en el hombro de Sawako.
-Si, y falta mucho-Dijo Sawako asomándose de la fila para ver hacia a delante-, demaciado.
-¡La guata me ruge!-Dijo Chizu dramáticamente.
-¿Y si vamos a buscar algo de comida?-Dijo Ayane uniendose a la conversación.
-Si, que buena idea. Vamos-Las dos empezarona caminar, pero Sawako las detuvo.
-Oigan-Las dos se detuvieron y voltearon a verla-. Si nos vamos perderemos nuestros puestos en la fila.
-Oh, cierto-Dijo Ayene-. Tengo una idea. Quédate aquí y nosotras vamos a comprar, no nos demoramos-. Sawako asintió.
Ya había pasado harto tiempo y no llegaban, Sawako las esperaba y la fila no avanzaba mucho.
-Señores, señoras, niños y niñas-Dijo quien se encargaba del juego-. Lo siento mucho, pero la atracción ha tenido problemas técnicos y no podrá seguir funsionando-. Dijo con voz firme. Todos empezaron a gritarle cosas como: “¡Y para eso gastamos nuestro tiempo! ¡Nunca mas vengo aquuí! Pasé mas de una hora esperando…” y otras cosas más.
Sawako no dijo palabra alguna y como todos se iban, ella tuvo que hacer lo mismo. Decició ir donde estaban Ayane y Chizu. Las buscó y no las encontraba, ya no se encontraban en la tienda de comida y Sawako siguió buscando. Peor llegó a un punto en el que no sabía donde estaba… Se había perdido totalmente. Empezó a caminar si rumbo tratando de pensar donde podrían estar.
-Eso es, las voy a llamar- Dijo Sawako para sus adentros. Metió la mano a su cartera y sacó su celular, lo abrió dispuesta a marcar rápidamente el numero de cualquiera de las dos. Pero tuvo un problema, la bateria de su celular se había agotado. Empezó a caminar con mucho pánico ya que era la primera vez que venía a un Parque de diversiones, y no solo eso, era la primera vez que se perdía y quedaba totalmente sola.
Sawako chocó con alguien debido a que miraba hacia al piso. Alzo la cabeza y se sorprendió.
-¡Kazehaya-kun!-Dijo sorprendida. Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos rápidamente y sin pensarlo dos veces se lanzó a Kazehaya dándole un fuerte apretón. Sawako estaba aterrada, pero a la vez totalmente feliz por haber encontrado a su NOVIO.
Kazehaya estaba totalmente sonrojado.
-Que… Que pasa- dijo con la cara como un tomate.
Sawako alzó la vista.
-Me… me perdí y no encuentro a Ayane y Chizu. Y yo… yo estaba muy asustada, nunca me había perdido-dijo entre lágrimas.
Kazehaya cambio totalmente su tono de piel a uno normal y sonrió tiernamente. Se separó de ella y puso sus manos en los hombros de Sawako. Kazehaya había dejado su nerviosismo por el repentino abrazo, porque pudo comprender lo aterrada que se encontraba Sawako, lo podía sentir.
-Tranquila-Los dos se miraban atentamente. Sawako con los ojos totalmente inundados en lágrimas y Kazehaya mostraba total preocupación-. Ahora estas conmigo, ya no estas perdida.¿Te parece que nos vayamos a divertir para subirte de ánimo? No me gusta verte así-. Sawako asintió y sacó un pañuelo de su bolso con el que se empezó a secar las lágrimas.
Los dos iban caminando uno al lado del otro tomados de la mano. Para ellos todo era perfecto y estaban muy nerviosos. Sawako estaba observando a Kazehaya mientras caminaban, pero se sonrojó mucho y decidió apartar la vista. Cuando apartó su vista paró en un stand que de premio tenían a un perrito idéntico a Maru-chan.
-Kazehaya-kun-Dijo Sawako-, mira-Sawako apuntó al perrito y Kazehaya también pudo divisarlo-. ¡Es igual a Maru-chan!
Kazehaya se dirigió al Stand sin decir una palabra. El stand estaba vació, a escepción del que trabajaba ahí.
-Hola, como se juega esto-dijo mientras le pasaba la plata al trabajador.
-Tiene que derribar las latas. Si las derriba todas, se llevará el perro gigante y si no puede, se le dará un premio de consolación-Dijo apuntando a cosas pequeñas de plástico y duces masticables.
-Muy bien- Kazehaya se concentró totalmente y Sawako lo miraba. Pasaron minutos intentando e intentando, el gastaba su plata sin pensarlo.
-Kazehaya-kun, no sigas, gastarás todo tu dinero-. Dijo Sawako tocándole la espalda.
-No puedo, es mi deber de novio darte el peluche que quieres- Dijo en un tono firme. Sawako se sorprendió mucho por lo que dijo. En cinco segundos, mientras pasaba todo esto, Kazehaya tiró la bola y le dio a todos los tarros. Seguramente haber dicho eso le dio valor y fuerza.
-Lo felicito. Se ha ganado el perro gigante-dijo el que atendía el Stand-. Tome-. Le pasó el peluche a Kazehaya.
Kazehaya dio las gracias y se volteó para entregárselo a Sawako.
-Sawako-chan, esto es para ti-dijo sonrojado extendiendo sus brazos con el perro hacia Sawako.
Sawako lo recibió.
-Muchas gracias-dijo encantada, no podía estar mas feliz. Se lo puso bajo un brazo y con la mano libre, tomó la de Kazehaya-. Mientras jugabas, vi un juego que me llamó mucho la atención-. Kazehaya la miró-. Es uno que gira… Como se llamaba…
-¿La Ruleta de la fortuna?-Dijo mirando atentamente a su novia.
-¡Si! Esa.
Los dos ya estaban en Ruleta de la fortuna sentados el uno al otro con un cinturón puesto que los cubría a los dos. La máquina empezó a girar.
Kazehaya notó algo raro en Sawako.
-¿Pasa algo?-Preguntó.
-No… no es nada-dijo entrecortado y aterrada. La ruleta empezó a subir aún mas. La “canasta” donde estaban sentados, se balanceaba y eso la ponía aún mas nerviosa.
-¿Le tienes miedo a las alturas?-Preguntó Kazehaya compresivamente.
La ruleta se detuvo y ellos quedaron en la cima. La “canasta” en la que estaban se balanceaba aún mas.
-¡Eso parece!-Gritó aterrada y se aferró a Kazehaya.
-Tranquila, si llega a pasar algo, yo te protegeré-dijo comprensivamente-. ¿Alguna ves te habías subido a uno de estos juegos?-Preguntó.
-Nunca-dijo sin soltarlo-. Es mi primera vez.
Kazehaya sonrió tiernamente.
-Todo está bien. No te preocupes- Dijo rodeándola con los brazos. El juego empezó a descender.
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